Publicación de Natalia Pigurina: Dirigido a la Directora de Desarrollo Social de Salto. María Eugenia Taruselli

Publicación de Natalia Pigurina: Dirigido a la Directora de Desarrollo Social de Salto. María Eugenia Taruselli
Dirigido a la Directora de Desarrollo Social de Salto.
María Eugenia Taruselli
La Intendencia de Salto anunció que a partir de noviembre eliminará el sistema de viandas y comenzará con comedores fijos.
Dicen que es para “devolver la dignidad” a las personas.
Pero ninguna institución ni ningún jerarca puede decidir cuándo alguien pierde o recupera su dignidad.
Dignidad no es sentarse bajo un techo impuesto, ni hacer cola bajo el sol o la lluvia esperando un plato.
Dignidad es tener trabajo, poder elegir, poder comer en casa, en familia, con privacidad y respeto.
Pienso en los adultos mayores que no pueden movilizarse, en las personas con dificultades de salud o movilidad, en quienes viven lejos y no tienen cómo trasladarse…
Pienso en esos niños haciendo colas para poder acceder a un plato de comida en vez de estar en su casita esperando al referente que lleve a su mesa en su casa junto a la familia.
Y si una persona no se encuentra porque está haciendo changas o trabajando hasta tarde no podrá comer nada porque no le podrán guardar.
¿De verdad eso es dignidad? ¿O estamos olvidando la sensibilidad humana detrás de cada historia?
El sistema de viandas permitía que la comida llegara a donde debía llegar, preservando la intimidad y la autonomía de las familias.
Cambiarlo por comedores fijos, sin contemplar la realidad de nuestra gente, no es un salto hacia adelante, es un paso atrás.
Y la empatía comienza cuando escuchamos a quienes más necesitan ser escuchados.
Ojalá que se pongan en los zapatos de estas personas y hagan lo mejor. Ésta no es la manera. Gracias

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